Desafortunadamente, cada vez hay más casos de niños y jóvenes estresados. En la actualidad los niños son más perceptivos, sensibles y se inquietan frente a cualquier situación. El problema es que, debido a su corta edad, no saben explicar lo que les sucede o preocupa.En los pequeños el estrés aparece desde edad temprana debido a múltiples razones: por el miedo a separarse de su madre cuando va a la guardería, entre los dos tres años, o más adelante, a medida que tiene que cumplir con más objetivos, como las exigencias en clase entre los 8 y 10 años. Luego en la adolescencia, el problema se complica con los cambios de esta etapa, y con síntomas más cercanos a los del estrés adulto.
En la infancia el estrés también puede ser causado por cambios positivos tales como comenzar una nueva actividad, cambio de residencia o de colegio, pero es más comúnmente asociado con cambios negativos como enfermedad, separación de los padres, fallecimiento de alguien del núcleo familiar o de un amigo. De acuerdo con Marién Federo, sicóloga clínica y terapeuta familiar, existen muchos síntomas físicos que pueden ser indicadores de que los niños están estresados tales como “dolores de barriga o de cabeza que se presentan, por ejemplo, horas antes de ir a clase, en otros hay aumento de irritabilidad, aparecen trastornos del apetito, sufren de insomnio, tienen pesadillas o despiertan varias veces en la noche. Lo otro que debe alertar a los padres es cuando sus hijos dejan de hacer las actividades que antes disfrutaban como jugar o compartir con sus amigos.Leer Más...
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